El canario reapareció tres meses y medio después de su lesión y volvió a dejar muestras de su talento
Pedri González llevaba casi tres meses y medio sin jugar. El canario, tras una primera temporada en la que lo jugó todo con el Barça, además de la Eurocopa y los Juegos Olímpicos, se lesionó ante el Bayern y recayó en Lisboa el 29 de septiembre. Ayer reapareció y dejó claro que no ha perdido su magia. Pese a la falta de ritmo, asumió el mando del centro del campo, lideró al equipo y dejó muchas muestras de su talento. Buscó varios pases en profundidad y a punto estuvo de marcar en el primer balón que tocó.